Mucho que decir, que gritar, que exigir pero nuestras ideas se desordenan, se amontonan, se difuminan… Nos lastima la transformación del pensamiento a la expresión verbal; el sonido del mensaje de hoy nos conmueve e irrita y cierra nuestras gargantas.
No es fácil pero sí necesario. La responsabilidad social de las bibliotecas nos impulsa a visibilizar, aumentar el nivel de conciencia y luchar contra la violencia contra las mujeres.
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